Isaac Lindley
Isaac Robinson Lindley Stoppanie (nació en Lima4 de abril de 1904 el 18 de octubre de 1989)empresario peruano, hijo de los fundadores de la bebida gaseosa Inca Kola.
Fue hijo de don José Robinson Lindley y de doña Martha Stoppanie, realizó estudios en el Colegio de la Srta. Cook y en el Lima High School. A los ochos años empezó a trabajar en la fábrica de bebidas gasificadas que su padre fundada en 1910; primero como lavador de botellas, luego en la sala de jarabeado, y tiempo después en 1925 compró un pequeño auto Ford que su padre había adquirido para reemplazar las antiguas carretas haladas por caballos utilizadas para la repartición de gaseosas.
Debido a la importación de máquinas semiautomáticas, la empresa inició su expansión a escala regional, llegando hasta HuarochiríCantaHuarmey y Lurín. Fue, además uno de los fundadores de Panamericana Televisión y uno promotores de la fundación de la Universidad de Lima.
En 1928, el pequeño negocio familiar se transformó en sociedad anónima, adquiriendo el nombre de "Fábrica de Aguas Gaseosas Santa Rosa", de J.R Lindley e Hijos S.A.
Tras la muerte del patriarca en 1932, y de sus hermanos José en 1936, Antonio en 1937, Alfredo en 1939 y Nicolás en 1945, Isaac asumió el cargo de gerente general de la empresa, que conservaría durante 44 años, en lo que logró establecer su producto, la famosa gaseosa Inca Kola. Actualmente, su hijo, Johnny Lindley Taboada, es presidente de la Corporación Lindley, y su nieto, Johnny Robinson Lindley, gerente general.
Así, en 1950, comenzaba su proceso de expansión a lo largo y ancho del territorio nacional. La idea era expandirse más allá de Lima. Para aquel entonces, la compañía sólo contaba con su producto estrella, ya que todos los demás habían desaparecido. Estaba claro el objetivo: enfocarse en la Inca Kola. Uno de los primeros desafíos que heredó Isaac fue competir con Coca-Cola. En 1936, tan sólo un año después del lanzamiento de la bebida amarilla, la familia Barton obtuvo los permisos para fabricar y distribuir la Coca-Cola en Perú. A pesar de ser un escollo difícil, el empresario construyó alianzas estratégicas que le permitieron imponerse.
Tan fuerte ha sido el posicionamiento local de la bebida peruana que doblegó a la gigante norteamericana, la cual nunca pudo superar en ventas a la producida por la Corporación Lindley. Tal es así que, en 1999, Coca-Cola se asoció con la compañía peruana con el fin de llevar la Inca Kola al resto del mundo. Sin embargo, la Inca Kola jamás tuvo el éxito que alcanzó en Perú y los resultados no fueron los esperados para la empresa norteamericana.
Para lograr la expansión de la Inca Kola, el empresario pactó convenios con fábricas embotelladoras locales para que produjeran la gaseosa amarilla. Estas empresas podían administrarse a su gusto, pero debían adquirir el concentrado en Lima. Estas franquicias le garantizaron a Isaac que su producto alcanzara una presencia fuerte a nivel nacional.
Sin embargo, el éxito de la bebida estuvo sustentado en el empeño de su líder. Es que, además de ocuparse de la administración y producción de la planta, se ocupaba personalmente de la distribución de las bebidas. Por otro lado, el “Míster”, como lo llamaban amigos, cercanos y algunos clientes, se preocupó por mantener la crianza que su padre había tenido con él y sus hermanos. De esta manera, al igual que él, su único hijo varón, Johnny, comenzó a trabajar en la fábrica desde pequeño después del colegio y los sábados. Finalmente, fue él quien, en 1989, reemplazó a su padre como líder de la compañía.

Su verdadero triunfo

Si bien nadie puede quitarle a Isaac el mérito que tuvo en el posicionamiento de la Inca Kola en el mercado peruano, éste no es el mayor logro que se le atribuye al empresario. Es que, a diferencia de lo que ocurría en aquel entonces, Isaac Lindley fue capaz de crear una cultura organizacional orientada a la gente y que perdura hasta el día de hoy. Tanto sus colaborados, clientes y empleados lo recuerdan como un hombre que no sólo se limitaba a los números de la empresa.
Como conductor y líder, su valor agregado estaba dado por preocuparse por las personas con las que trabajaba, entendiendo el valor humano de cada integrante de su personal. Algunos años anteriores a su fallecimiento en 1989, había manifestado que siempre se había preocupado por el capital humano ya que el hombre debe disfrutar de los bienes que requieren él y los suyos en un nivel de vida humana y civilizada. Por otra parte, Johnny Lindley Suárez manifestó que fue su abuelo quien gestó y dio forma a lo que la cultura organizacional de la empresa, basada en la preocupación genuina por la gente.

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